Argumento: Con Su hija adoptiva (conocida hoy como Jenufa), el compositor checo Leoš Janácek debutaba en 1904 en el mundo de la ópera. Su estilo se encuadra entre el verismo realista, el nacionalismo checo y la vanguardia del cambio de siglo. Ambientada en la Moravia rural, nos ofrece un drama pequeñoburgués de celos, desamor, apariencia y fanatismo religioso. Jenufa, hija adoptiva de la sacristana del pueblo, Kostelnicka , espera en secreto un hijo de Števa. El antagonista y hermanastro de éste, Laca, también ama a Jenufa sin ser correspondido. Ante la negativa de Števa a casarse y para evitar el escarnio, Kostelnicka toma la espantosa decisión de deshacerse del bebé que Jenufa ha tenido ocultamente. Durante los preparativos de la boda entre Laca y Jenufa, se descubre al niño muerto y el pueblo pide la lapidación de Jenufa. Kostelnicka reconoce la autoría del hecho y la fidelidad de Laca suscita en Jenufa un nuevo amor, casi místico. Ambos entonan en un dúo amoroso el happy end de la obra. Janácek supo conjugar con las canciones, coros y danzas del folclore moravo un lenguaje vocal y un ritmo muy personales, una “melodía de la palabra hablada” y un tratamiento de la orquesta y de la armonía a la altura de las innovaciones del siglo XX. Cuando observamos este cuadro costumbrista desde los ojos de Jenufa, nos hacemos eco del psicologismo de las primeras décadas del siglo pasado, asumiendo esta música una perspectiva de mediación continuada entre contexto objetivo y emoción subjetiva, donde los elementos tradicionales del melodrama verista se unen a los estremecedores solos de Kostelnicka y a una orquesta omnisciente que ahonda aún más en el psicodrama de cada personaje.
Hacia tiempo que una ópera no me llegaba tan hondo. Impresionante en su conjunto.