Nueva York es una ciudad que sirve de escaparate para ideas innovadoras, frescas. John Locke, un arquitecto de ciudad, lanzó un proyecto para la reutilización de mobiliario urbano.
Con la invasión de los teléfonos móviles prácticamente nadie utiliza las cabinas de teléfonos que todavía se encuentran en las calles de la Gran Manzana. Se ofrece un cambio radical de utilidad a las cabinas que ahora se convierten en mini bibliotecas. Locke ha equipado estas bibliotecas cabina con estanterías empotradas. Los ciudadanos están invitados a tomar prestado o intercambiar libros de los estantes. Como Bibliotecario que soy me parece una idea genial.
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