08 marzo 2015

0020. Ella Fitzgerald - Sings The Gershwin Songbook (1959)

Grabación y publicación:

Grabado entre enero y julio de 1959, y publicado ese mismo año por Verve Records, este monumental proyecto abarca nada menos que 59 canciones en cinco discos (en su edición original en vinilo). The Gershwin Songbook es quizá el pináculo de la serie de “Songbooks” que Ella Fitzgerald grabó entre 1956 y 1964, donde se propuso rendir tributo definitivo a los grandes compositores del cancionero estadounidense.

En este caso, el homenaje es doble: George Gershwin, el genio musical, y Ira Gershwin, el maestro de las palabras. Al timón de los arreglos y dirección de orquesta: Nelson Riddle, quien con su orquestación luminosa y moderna viste a Ella con elegancia sin eclipsarla jamás.


Contexto:

Para 1959, Ella Fitzgerald era la primera dama del jazz, una artista consolidada que podía moverse entre el scat vertiginoso y la balada más delicada. Lo que hace aquí es más que cantar canciones famosas: las vuelve definitivas. No hay apuro, no hay artificio. Solo una cantante en total control de su voz, navegando las melodías de Gershwin con inteligencia, ternura y swing.

Este Songbook no es un recital de estándares, es una catedral sonora construida sobre la grandeza del teatro musical y el jazz vocal. Cada canción es tratada con respeto y frescura, como si se acabara de escribir ayer.


Análisis de temas destacados:

  1. "But Not for Me"
    Ligera, conversacional, con un swing relajado. Ella hace que el dolor de la letra parezca casi irónico. Riddle le da espacio para flotar entre las frases.

  2. "Someone to Watch Over Me"
    Una de las versiones más bellas jamás grabadas de esta balada. Aquí, Ella canta como quien susurra una plegaria, con un control emocional que estremece.

  3. "I Got Rhythm"
    Aquí aparece la Ella juguetona, rítmica, la que sabe dialogar con la orquesta como si fueran viejos amigos. Una clase de swing puro.

  4. "Let's Call the Whole Thing Off"
    Una joya de humor y química. Fitzgerald convierte el ingenio verbal de Ira Gershwin en un ejercicio de encanto vocal. Puro deleite lúdico.

  5. "A Foggy Day"
    Suave y melancólica, con ese punto justo entre nostalgia y esperanza. Ella no exagera, simplemente deja que la canción se respire sola.

  6. "Embraceable You"
    No hay prisa, ni exageración. Solo una voz acariciando cada sílaba, cada nota. Romanticismo sin azúcar.

  7. "They Can't Take That Away from Me"
    Aquí brilla la madurez interpretativa de Fitzgerald. Canta con ternura resignada, y cada frase cae como una reflexión que solo puede hacer alguien que ha amado y perdido.


Conclusión:

Sings the George and Ira Gershwin Songbook no es solo uno de los mejores álbumes de Ella Fitzgerald: es uno de los discos más ambiciosos y logrados de la historia de la música popular estadounidense. No hay en toda la colección una nota desentonada, una frase poco pensada. Todo está interpretado con dignidad, dulzura, y una técnica que no grita, sino que susurra y seduce.

Este es un álbum que requiere tiempo y atención. No es para escuchas rápidas: es para quedarse, una noche entera, acompañando cada canción como si fuese un viejo recuerdo.


Selección del extenso listado de canciones:

  1. Sam and Delilah

  2. But Not for Me

  3. My One and Only

  4. Let's Call the Whole Thing Off

  5. Embraceable You

  6. They All Laughed

  7. Someone to Watch Over Me

  8. I Got Rhythm

  9. A Foggy Day

  10. Love Is Here to Stay

  11. Nice Work If You Can Get It

  12. They Can't Take That Away from Me



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