Publicado el 21 de octubre de 2016, apenas diecisiete días antes de su muerte, You Want It Darker no es simplemente el último álbum de Leonard Cohen: es su despedida escrita con plena conciencia de que lo era. Y como todo lo que hizo este poeta canadiense, la muerte no es aquí un final, sino un acto poético, una ceremonia de rendición lúcida y serena.
Con más de 80 años y una voz que ya no canta, sino recita desde el fondo de la tierra, Cohen nos entrega una obra íntima, sombría y profundamente espiritual. No hay miedo ni rabia: solo aceptación, ironía, y el peso de una vida vivida hasta su última consecuencia. Es música funeraria, sí, pero también música de trascendencia.
La liturgia del final
You Want It Darker fue producido por su hijo, Adam Cohen, en un estudio improvisado en la habitación de Leonard, ya con movilidad reducida. Lo que podría sonar como una limitación se convierte en virtud: el álbum respira una cercanía íntima, casi devocional, como si el oyente estuviera dentro de ese cuarto, escuchando al viejo sabio preparar su último suspiro con una copa de vino y un guiño melancólico.
Las canciones están construidas sobre bases minimalistas, coros litúrgicos, toques de órgano, cuerdas tenues y leves aromas de cantautor clásico. Pero lo que domina es la voz grave y quebrada de Cohen, como una oración desde las catacumbas del alma.
Momentos clave:
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“You Want It Darker”, la canción que da título al disco, es una de las piezas más impactantes de su carrera. Con un coro de sinagoga entonando “Hineni, hineni” (“Aquí estoy”, en hebreo), Cohen parece entregarse a Dios con la elegancia de quien no ruega ni se arrepiente. “I’m ready, my Lord.” Es el punto donde el misticismo, la resignación y el arte se funden en una sola línea.
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“Treaty” es una carta amarga, posiblemente dirigida al amor, a la vida, o incluso a Dios. “I’m so sorry for the ghost I made you be,” canta con una mezcla de compasión y desolación. Es el lamento de alguien que ha vivido demasiado y aún no encuentra resolución.
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“On the Level” suena como un bolero difuso en una iglesia vacía. El amor vuelve, pero más como eco que como presencia. Todo es recuerdo, reflejo, sombra.
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“Leaving the Table” es, sin rodeos, una despedida. “I’m out of the game.” Aquí ya no hay máscara ni metáfora: Cohen deja el tablero con dignidad, con la ironía de quien sabe que el mundo seguirá sin él, pero no será lo mismo.
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“It Seemed the Better Way” y “Steer Your Way” retoman la duda espiritual y filosófica que siempre lo acompañó. Dios, la religión, el deseo, el fracaso: todo lo cuestiona sin cinismo, solo con la melancolía del que ha buscado respuestas y ha aprendido a vivir con preguntas.
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El disco cierra con una reprise de “Treaty” en forma de instrumental con cuerdas: una suerte de epílogo sin palabras, donde todo lo no dicho se deja suspender en el aire.
Conclusión
You Want It Darker no es un disco más de Leonard Cohen. Es su testamento sonoro. Y como tal, no grita ni se despide con grandilocuencia. Se apaga con clase, con fe incierta, con un vaso de vino en la mano y la otra extendida hacia el misterio.
Es un disco de sombras, pero de sombras cálidas. De oscuridad, sí, pero una oscuridad que consuela porque no pretende mentir. Un canto final de uno de los poetas más necesarios del siglo XX y XXI. Uno que no tuvo miedo de mirar a los ojos a la muerte… y decirle que estaba listo.
Listado de temas:
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You Want It Darker
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Treaty
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On the Level
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Leaving the Table
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If I Didn't Have Your Love
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Traveling Light
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It Seemed the Better Way
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Steer Your Way
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String Reprise / Treaty
