El gobierno del país ha aprobado una nueva norma para que quienes asciendan a la montaña más alta del mundo vuelvan con 8 kilos de basura.
El Everest es un gigantesco basurero que acoge los residuos de las 800 personas que suben de media cada año. El gobierno de Nepal ha decidido tomar la iniciativa para preservar una de sus grandes fuentes de ingresos turísticos, para ello, el ejecutivo ha dado un paso más en la normativa para ascender al Everest que, hasta ahora, sancionaba con 400 euros a los escaladores que no recogían sus propios residuos. Ahora, los montañeros no solo tendrán que recoger los restos que hayan generado sino que se les exigirá descender con un mínimo de ocho kilos de basura, que serán entregados a los funcionarios en el campo base. En caso de no hacerlo, se enfrentarán a fuertes multas. De esta manera, se calcula que al final de la temporada, entre marzo y mayo, se habrán descargado unos 6.400 kilos de basura.
También se ha aprobado establecer un cuerpo estable de policía en el campo base, a 4.800 metros de altura, destinado a establecer el orden y controlar que todas las personas que acuden a la cima cumplen con la normativa. En el futuro, el plan es tener un centro médico y contra un meteorólogo con el fin de mantener limpia y segura una fuente inagotable de ingresos para Nepal.
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